Lo qué hubo que transpirar para llegar hasta Ascensión!, para muchos no fue fácil, pero allá estuvieron, apoyando a Porvenir Talleres en el partido de vuelta de esta primera fase final del Torneo del Interior. La teoría de la cercanía geográfica impuesta por el Consejo quedó lejos… tan lejos como esta localidad que por una tarde tuvo tinte tallarín. Pero hasta allá llegaron jugadores, colaboradores, familiares, hinchas, el pueblo republicano a pleno para alentar a su equipo. El partido de ida había finalizado 1 a 0 a favor de Talleres, y los goles perdidos en su cancha a la larga se notaron. La cita era a las 17, y minutos después el cotejo comenzó. Mucha gente del lado local, una muy buena cantidad en el visitante, y dos equipos que se jugaban el pase a la siguiente ronda. El sol fue el invitado que nadie quiso, pero que dijo presente. Molestó los 90 minutos sin distinción de camiseta y los jugadores intentaron hacer lo mejor que pudieron ante esta situación poco usual pero real. El primer tiempo tuvo situaciones para ambos lados, unas tres para el Monstruo que falló en el último intento y unas cinco para Social, que pudo concretar dos. El equipo local, aquel campeón de su zona y del Cuatro Ligas pudo finalizar la primera mitad 2 a 0 arriba y hasta ahí pasaba de ronda. El segundo tiempo tuvo a un Talleres que lejos de resignarse siguió buscando ser protagonista. Consiguió el gol a través de Rojo y los ánimos volvieron a estar en alza. Pero pese a buscar uno más, la pelota no quiso entrar. Así, todo se definiría desde el punto penal. Fue 4 a 2 a favor de los locales que festejaron con todo. Y fue la despedida del sueño del Monstruo. De un equipo de técnicos como Castellarín y Salinas que saben lo que es el fútbol. De jugadores con garra como Flores, Stagnari, De Giorgio ó Rojas (aplausos de pie para el Negro por la entrega cada domingo). De esos que te corren hasta la última pelota, como Rojo, Álvarez, Guerra, Heredia. De aquellos nuevos pero que dejaron todo como Diez, Schnap, Obrist, Cardozo, Chirino, Pérez ó Hetze. Del pibe de reserva que demostró ser de primera, “Cicinho” Martínez. De los experimentados, como el bueno de Dusso y Chávez. En fin, de un equipo que puso lo que había que poner desde el primer momento, desde aquel 16 de enero cuando la pelota comenzó a rodar. Pero el destino, y el fútbol quisieron que llegara hasta la primera fase de la ronda final. El Torneo del Interior era una meta que empezó a forjarse y tomar fuerza partido tras partido, pero no pudo ser. Igual Talleres se despidió como un grande, mostrando debilidades pero mucho más grandezas. Dijo adiós desde los doce pasos, fatídicos doce pasos que para muchos no hacen justicia. Talleres dijo hasta luego… pero sin dudas dejó su marca en cada cancha que pintó de auriazul.
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